24 enero, 2014

El horizonte sembró palabras


Juan trabaja en el campo y como cada mañana se levanta temprano.
“Leticia cuánto te extraño”. Quiebra la tierra con el arado.
“Cada noche te escribo para tenerte cerca”. Va formando los surcos, arrugas de la tierra, bajo el sol silencioso que lo observa.
“Todo el tiempo te pienso, apoyada en mi pecho”. Esparce la esperanzadora semilla de la cosecha. “Resto los días para volverte a ver”…
El polvo y el cansancio indicaron que es hora del fin de la jornada, mientras el horizonte sembró palabras entre Juan y Leticia.

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